Decides empezar a cuidarte y entonces llegan los comentarios:
“¿Y esa pinta para quién es?”
“Te estás arreglando mucho, seguro buscas llamar la atención.”
En nuestra comunidad, el autocuidado de la mujer todavía se interpreta desde la óptica de la vanidad y no como lo que realmente es. Es un derecho básico para el bienestar. Es hora de desmantelar este prejuicio cultural.
La raíz cultural del prejuicio, el peso del Marianismo
Este prejuicio no nace de la nada. En nuestra cultura se han transmitido por generaciones creencias como
- Marianismo, que es la expectativa cultural de que la mujer debe ser pura, abnegada, modestia y poner las necesidades de la familia y los miembros de su hogar por delante de las propias.
- La mujer “respetable” debe ser discreta y no destacar.
- Arreglarse demasiado es sinónimo de “provocar” o “buscar miradas”.
- El valor femenino está ligado al servicio, no a la expresión personal.
Según la ONU Mujeres (2023), los estereotipos de género en América Latina aún perpetúan la idea de que el cuerpo de la mujer pertenece más a la mirada social que a su autonomía.
Según la académica Evelyn Stevens, esta expectativa de género en América Latina ha perpetuado la idea de que el cuerpo de la mujer pertenece más a la mirada social que a su autonomía. Por eso, cuando te cuidas, no sólo estás "arreglándote," estás rompiendo un mandato. El comentario de que "sólo quieres llamar la atención" es el castigo social por desviarte del rol de mujer-sacrificio.
El impacto en la salud mental
Estos prejuicios generan efectos silenciosos
Culpa
Muchas mujeres sienten que cuidar de sí mismas es egoísta.
Sí convives con personas que normalizan la burla para todo contexto, el simple hecho de verte con ropa deportiva va a darles razón para que seas el centro de la conversación y no de forma positiva. Tú sigue adelante, sigue aprendiendo a sobreponerte a esos ambientes, lo que haces al principio no tiene ningún sentido y para los demás no lo tendrá los primeros meses, cada mes que pase la resistencia al cambio en tu entorno será más tensa y hasta te pondrás en duda, pero no es así, el cuerpo es sabio, a veces cuando te mueves el cuerpo prioriza eliminar la grasa visceral que la grasa adiposa, así que, sí estás avanzando sólo que aún no es visible en lo exterior.
Además, la culpa te obliga a posponer tu bienestar. Te enseña que el tiempo dedicado a tu cuerpo o a tu mente es un recurso que debería estar invertido en otros. Esta internalización del juicio es lo que lleva a las mujeres latinoamericanas a presentar una mayor prevalencia de ansiedad y depresión, según estudios regionales, pues la presión por cumplir el rol de cuidadora es constante.
Autocensura
Limitas tu ropa, tu maquillaje o incluso el tiempo que te dedicas para no ser juzgada.
Al principio se sentirá extraño para tu entorno, más sí renunciaste a tu identidad por diversos factores, pero puedes empezar a explorarte y los demás con el tiempo comprenderán que es tu expresión y tu autenticidad. Te encontrarás situaciones donde sentirás el afecto exterior, pero también el rechazo y juzgamiento. En todo caso, recuerda siempre que esos ataques vienen desde la proyección personal de cada quién y nada tiene que ver contigo, le produces rechazo porque decidiste avanzar incluso por encima del sesgo social que querían mantenerte y aún así sobresaliste y seguirás haciéndolo porque eres maravillosa.
Recuerda que las personas no son del todo buenas ni del todo malas, sólo hay situaciones que no saben enfrentar y cuanto más rápido lo comprendas más rápido sueltas y más ligero será tu viaje de autocuidado.
Resistencia al cambio
El miedo a las críticas detiene procesos de autocuidado y transformación corporal.
Como lo expresamos anteriormente, la sociedad está compuesta por personas que aunque idealizadas en edad biológica y "madurez" sencillamente hay situaciones, personas o hechos que son detonantes internos para ell@s, por tal motivo, ni estás exenta de no sufrirlos, ni los demás son perfectos.
Educa a tu mente y emocionalidad de que el "Hate" es parte de la realidad humana, que la herramienta para la inseguridad ajena es la desacreditación de lo que le provocas por dentro. Teniendo esto claro, NO LO TOMES PERSONAL ni tampoco ataques de vuelta con el mismo filo en tus palabras, más bien, educate para hacerlo desde una posición de autoridad y tranquilidad.
Las personas que se dejan mover por sus inseguridades mostrarán esa realidad donde quiera que vayan y las personas sabrán que tratan con alguien que no ha superado sus batallas internas, así que, no permitas que te robe la paz, sí por la incapacidad de manejar sus emociones habla mal de ti y tu no puedes defenderte, el tiempo pondrá a cada quién en su lugar, pues en esa línea, lo que se manifiestan son sus hechos y ahí las palabras y la manipulación del entorno pierde todo sentido, así que, no vale tu salud mental.
Las personas que más juzgan han hecho de su vida una cárcel mental con muros demasiado altos donde el parámetro de lo "aceptable" cada vez corre metros de retroceso, no te desgastes, se están privando así mismas de aprender realidades distintas y con eso desconociendo la riqueza que hay en la observación y apreciación de realidades ajenas, ahí lamentablemente para ellas, está el verdadero crecimiento.
Un estudio en Revista Colombiana de Psiquiatría (2021) señala que los prejuicios sociales sobre el cuerpo femenino aumentan la ansiedad y reducen la autoestima en mujeres jóvenes.
La ventaja de reconocer el Prejuicio
Cuando reconoces que estos comentarios son patrones culturales heredados y no verdades sobre ti, recuperas el control.
Nombrarlos te permite:
- Entender que tu valor no depende de la opinión ajena.
- Educas a tu entorno mostrando que cuidarte no es “Llamar la atención”, sino practicar respeto hacía tu cuerpo.
- Rompes un ciclo de culpa y abres la puerta a nuevas generaciones de mujeres que se cuidan sin miedo.
La afirmación de autonomía del cuerpo como territorio propio
Cada vez que aplicas el Gel Reductor Timely Corpo, no sólo trabajas en tu piel o tus medidas, estás enviando un mensaje silencioso de autonomía.
Ese gesto diario significa: “Me cuido porque lo merezco. No por aprobación ajena, sino porque mi bienestar es prioridad.”
Tu rutina de autocuidado no es un acto de vanidad, es un acto de resistencia cultural y de amor propio.
Resumen
Los prejuicios sobre el cuerpo de la mujer han sido cadenas invisibles por generaciones. Pero cada vez que eliges cuidarte sin culpa, estás rompiendo esas cadenas.
Tu cuerpo es tuyo. Tu transformación es tuya y tu bienestar no necesita permiso.